Carl Icahn aparece año tras año en la lista de los multimillonarios de la revista Forbes. Junto con Warren Buffet y George Soros, Carl Icahn ocupa la atención de los inversionistas de Wall Street, quienes intentan descifrar la clave de su buena racha de negocios que ya se extiende por varias décadas.
El libro sobre la historia de su vida está agotado. Mark Steven, autor de la “Biografía de un capitalista renegado”, se ha convertido en uno de los autores más buscados de la Quinta Avenida. En 1993 un ejemplar de este libro costaba apenas 23 dólares; sin embargo, el auge de los negocios de Icahn llevó su precio a las nubes y Amazon llegó a ofrecerlo en 240. Las reediciones se agotan casi de inmediato mientras que en la Biblioteca Pública de Nueva York los ejemplares a disposición del público son los más cotizados.
Los secretos de Icahn, con una fortuna superior a los 8 mil 700 millones de dólares, son un verdadero decálogo del inversionista y código para un desempeño exitoso y rentable en los mercados de valores. El propio Carl Icahn ha descifrado así su estrategia: comprar empresas del mercado de valores a muy bajo precio y analizar su estructura y operaciones para identificar porque está subvaluada y cuál es el valor real de sus activos. El problema para la plana mayor de los grandes corporativos es que, en casi todas sus operaciones, Icahn concluye que el problema de la escasa rentabilidad de una compañía son sus directivos.
Ubicado entre las 100 personas más ricas del mundo, nació en New York en 1936, Icahn fue acreedor de Satélites Mexicanos (Satmex) y puso en jaque al propio Carlos Slim al obstaculizar el proyecto del presidente del Grupo Carso de adquirir los activos de la compañía XO Communications, la firma con la que Telmex busca expandir sus tentáculos al mercado estadounidense.
Ideólogo de las famosas compras apalancadas – leverage buy out-, Icahn ha sido calificado como un mega especulador que en los últimos años puso en jaque a los protagonistas de operaciones como la Time Warner y las reestructuraciones de Eastman Kodak, Blockbuster y la aerolínea TWA, cuyo control tomó gracias a una compra hostil (take over) en 1985.
En 1987 Carl Icahn orilló a la firma Texaco a declararse en bancarrota. Sin embargo, entre las operaciones memorables de Icahn se encuentra la fortuna que acumularía el egresado de la Universidad de Princeton cuando Nabisco Brands, en aquel célebre episodio de la guerra de las galletas, vendía sus activos mientras Icahn acumulaba acciones de la firma y se preparaba para tomar una posición en el consejo de administración.
Accionista de firmas como Marvel Comics desde 1996 cuando cayó en quiebra -la firma que entre sus grandes negocios cuenta el relanzamiento de la tira cómica del Hombre Araña-, Icahn es sicólogo, médico frustrado y financiero por intuición.
El particular estilo de vestir de Carl Icahn también ha impuesto modas entre los financieros y brokers de Wall Street. Su impecable camisa azul con cuello blanco se convirtió ya en un ícono de éxito entre los habitantes de Nueva York.
Después de su incursión en la ola de bonos basura encabezada por el financiero Michael Milken, Icahn ha escrito una historia de éxitos en la Gran Manzana que ahora se ven coronados por su incursión en Corea y con su controvertida participación en el corporativo Time Warner.